Los secretos de la nación de la innovación

Israel es un país con un pequeño territorio, clima árido, escasos recursos naturales y pequeño mercado, pero con un gran espíritu que ha logrado crear una potencia tecnológica.

Los israelíes han logrado el primer puesto en el ranking de Inversión + Desarrollo y Capital de Riesgo Per Capita a nivel mundial, siendo depositarios de la confianza de empresas del calibre de Microsoft y Apple, además de recibir inversiones por miles de millones de dólares y ser uno de los países con mayor cantidad de empresas cotizando en bolsas extranjeras, solo por detrás de EEUU y China. Este pueblo se ha transformado en muy pocos años en una verdadera sociedad innovadora

Muchos han teorizado este éxito, justificándolo en elementos temporales, religiosos y geográficos, pero la realidad esta en otro lado: es la cultura.

¿Cómo funciona esto? La clave es la educación, desde que nacen los israelíes son criados en los valores del trabajo en equipo y progreso, con ideas que giran sobre el “Tajles”, lo cual se lo podría entender en nuestro idioma como “al grano”, la idea de resolver pronto las cuestiones sin perder el tiempo.

Israel en si mismo fue una Start Up, en un momento y lugar difícil para emprender, este país fue refundado con “Tajles” por personas de todo el mundo unidas por la necesidad de desarrollarse en el menor tiempo posible, ellos lograron educar a una generación entera y generar una trascendencia pocas veces vista para un país de su tamaño, incluso equiparándose con países que cuadriplican su tamaño.

Israel se ha vuelto sinónimo de excelencia y calidad, este país en base a la formula de “Educación + Cultura + Sed emprendedora” se ha transformado en una admirada incubadora de éxitos en áreas tan diversas como la medicina, agua, ciberseguridad y agricultura.

Lo anterior se lo comprueba con grandes casos de éxito como Waze y Mobileye, como así también el riego por goteo y el Pen Drive, incluso hasta en formar parte del selecto grupo de países que han enviado un satélite a la Luna.

En ningún país del mundo se puede apreciar un ecosistema innovador tan vibrante como el del Estado Judío - nadie pudo pasar en tan poco tiempo de una deprimida economía a ser uno de los faros científicos y tecnológicos del mundo.

Este país es la síntesis del futuro, todo esto se resume en el dicho: “Por cada amanecer en Israel hay una Start Up pensando el mañana”.